lunes, 2 de noviembre de 2009

Remando hacia la orilla

No he tenido tiempo hasta esta mañana de reflejar una conversacion del viernes por la noche con un cercano grupo sobre la preocupante coyuntura actual. Para no alargarme mucho os diré que había dos posturas, la mía y la del resto de comensales de una relajadísima cena de amigos. Os explico, muchos de los presentes, trabajadores por cuenta propia en pequeños negocios sienten en carne propia los efectos de la crísis en sus cuentas de resultados, en sus interacciones con sus clientes, en la gasolinera, en.... absolutamente cualquier lado. Su esperanza era que los políticos nos saquen de esto cuanto antes. Desde hace tiempo, mi posición asobre la crisis es meridiana (y no logré convencerles) ya que quién ha permitido que entremos en esta situación no va a ser quién nos saque.

Como díce un acertado proverbio ruso:
En mitad de la tormenta reza pero no dejes de remar hacia la orilla.
Un precioso ejemplo lo hemos tenido las últimas semanas en las que lo único que ha preocupado a diestra y siniestra es ver quién es la persona concreta (por eso de las afinidades) que controla CajaMadrid, lamentable, amigos lamentable.

3 comentarios:

  1. Esa misma reflexión hacía yo hace un par de días en otra cena, mientras nosotros nos partimos el pecho por sacar este país adelante, nuestros políticos se preocupan más por poner responsables al frente de entidades que aún no han hecho sus deberes.
    Hace un año todos clamaban por una reestructuración del sector financiero, en especial las cajas y aún no se ha hecho nada, cada día que pasa sin hacer nada es un día más dentro de la crisis y el tiempo corre, tic, tac, tic, tac....

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  2. Ezequiel, advierto en tu comentario un cierto barniz maniqueo: estamos en crisis porque, sin culpa nuestra, nos han metido en ella unos políticos incompetentes que, por tanto, tampoco nos pueden sacar de ella. Pero hace ya tiempo que dejé de pensar en términos dualistas de mal y bien. Es útil porque nos puede tranquilizar la conciencia (nada en mi actuación ha influido en que se desate esta crisis), pero es tremendante peligrosa: nos infantiliza (si el que me tenía que avisar no lo hizo, ¿cómo iba a adivinarlo yo?) porque en realidad todos somos culpables en mayor o menor medida, y además corremos el riesgo de extenderlo a otros ámbitos, que es lo que yo creo que está pasando en cuestiones como el cambio climático. No seré yo quien salga a defender a los políticos como clase, pero al César lo que es del César y a nosotros, las nuestras y las del pulpo, porque sin nuestra colaboración activa (y pasiva) nada de esto pasaría.

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  3. @Koqui Vivimos en la época del titular. Es mas importante salir bien en la foto que resolver los problemas. Lo de las cajas es de "vómito" nunca mejor dicho y lo peor de todos es que el que tiene que hacer de Salomon tiene todavía menos criterios de justicia y mucha menos picardía y mientras tic, tac, tic, tac es el signo de los tiempos...

    @anónimo muy buen comentario pero lo que trato es justamente que no me alcence el maniqueísmo de la sociedad que nos da un perfecto e inocuo argumento para externalizar las culpas y mantener nuestra pasividad. Seguimos esperando que vengan los buenos viejos tiempos. Sin lugar a dudas el poder tiene que administrarse con responsabilidad y los políticos actuales destacan por su mediocridad, digo que si son culpables sin duda de lo que ocurre pero mi comentario va por el hilo de centrarme mas en mi circulo de influencia que en el de preocupación. Actuar donde si puedo actuar en lugar de esperar a que alguien venga con la varita mágica a resolverlo.

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