jueves, 10 de abril de 2008

El mapamundi de Bilbao

En una triste época, España se vanagloriaba del “que inventen otros”. Un tratado sin duda de liderazgo, motivación y visión de futuro que nos caracterizaba. No fue una estrategia de éxito. Algunos pensareis que tampoco perdimos nada. Bueno perdimos lo peor de todo; tiempo. Algo parecido a lo que pasa ahora. Perdemos el tiempo hablando de inútiles estatutos autonómicos, de inútiles referendos y de inútiles leyes de memoria histórica (con todo mi respeto a ambos bandos). No hablamos del futuro, discutimos sobre inútiles propuestas de régimen interno. En un mundo globalizado nos enfocamos en mirarnos al ombligo (como el chiste del mapamundi de Bilbao).

La realidad nos ha demostrado que la inyección de fondos estructurales de la UE, la importante inversión extranjera de los años 70 o los millones de euros dejados en el país por los millones de turistas de sol y playa durante años no han servido más que para animar la demanda interna centrada en consumo. No investigamos, no patentamos y no vendemos tecnología.
A día de hoy no es un negocio el i+d+i en España. En cambio otros países como Irlanda con menores capacidades y recursos ha mejorado su posición competitiva frente a España en el mismo periodo de permanencia en la UE centrando su PIB en servicios de valor añadido.

Una sociedad podrá ser avanzada si sus ciudadanos lo son. Será innovadora, si sus empresarios, políticos y administradores innovan. Hoy comienza una nueva legislatura, no me preguntéis por qué pero tengo poca confianza en que al final de la legislatura nuestra competitividad haya mejorado y si un político no sirve para cambiar las cosas ¿para que sirve?

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