miércoles, 3 de julio de 2013

Entre el capital y el trabajo

Sin ser un experto economista (ni de los de forecast ni de los forenses que suelen abundar mas) pero si me comienza a cansar los economistas salvapatrias que extreman sus posiciones en tertulias de todoacien como unico mecanismo de defensa de una propuesta que es mas del pasado que del futuro. Son ya, denodados espantapájaros de un establishment que en el fondo solamente busca que todo permanezca igual que hasta ahora.  Suelen pendular sus posiciones económicas enfrentadas (del liberalismo al comunismo) y lo peor de todo es que esta maraña de nadería ha terminado reflejándose y anidando en la política. Con soluciones antagónicas, da la sensación de que se defiende una posición utópica para desmarcarse del oponente más que para conseguir ejecutar lo que se piensa.

Surge no obstante en esta desazón generalizada algunos movimientos económicos muy recomendables que pasan desapercibidos (como los partidos políticos que lo hacen bien). Quiero destacar la sensatez extrema de la teoría de la Economía del Bien Común de Cristian Febler que es un claro ejemplo de que si existe un futuro distinto, mucho más sostenible,
más razonado que no supone llevar a los extremos ni el capital, ni el trabajo. Os dejo una entrevista de este economista austriaco que respira sensatez por los cuatro costados.

Y después de verlo os diré que en el nivel micro de esta teoría sinceramente ahi me encuentro yo, desarrollando proyectos de largo plazo que tratan de generar valor en 360 grados como consecuencia de mezclar capital y trabajo. Como ocurre con lo otro... solamente unos cuantos lo entienden.