Llevo seis meses haciendo deporte y os tengo que confensar que me estoy acostumbrando, y además incluso está empezando a gustarme, aspecto que a sorprendido a un profesional sedentario como yo.
La verdad es que jamás terminamos de conocernos a nosotros mismos. Claro, que si no nos conocemos a nosotros mismos, imaginad lo poco que conocemos a la gente que nos rodea. Trabajamos juntos, charlamos en el café e incluso osamos prever su comportamiento ante determinados hechos y…. nos equivocamos!!!.
Hace algún tiempo descubría en la entrevista de salida de una persona que había decidido dejar la compañía, la verdadera manera de pensar de un colaborador. A medida que comenzó a relatarme su experiencia aprendía y ampliaba el horizonte de áreas mal cubiertas, de proyectos no completados, de frustraciones, … de distancia en definitiva entre el “es” (o mejor dicho el “fue”) y el “deber ser”.
Realizó una excepcional entrevista de salida. Resulta sorprendente que lo mejor que ha realizado esta persona sea su última entrevista, ese momento en el que de una manera abierta y sincera se evalúa una etapa profesional trabajo.
¡Que fracaso!, es como si el momento más feliz de un matrimonio fuese frente al abogado firmando la separación. Volviendo a casa me preguntaba que podía fallar en una relación profesional entre gente profesional para que el tema hubiese terminado tan disfuncionalmente en divorcio.
Hace algún tiempo descubría en la entrevista de salida de una persona que había decidido dejar la compañía, la verdadera manera de pensar de un colaborador. A medida que comenzó a relatarme su experiencia aprendía y ampliaba el horizonte de áreas mal cubiertas, de proyectos no completados, de frustraciones, … de distancia en definitiva entre el “es” (o mejor dicho el “fue”) y el “deber ser”.
Realizó una excepcional entrevista de salida. Resulta sorprendente que lo mejor que ha realizado esta persona sea su última entrevista, ese momento en el que de una manera abierta y sincera se evalúa una etapa profesional trabajo.
¡Que fracaso!, es como si el momento más feliz de un matrimonio fuese frente al abogado firmando la separación. Volviendo a casa me preguntaba que podía fallar en una relación profesional entre gente profesional para que el tema hubiese terminado tan disfuncionalmente en divorcio.
Sospecho que ha habido una gran parte de liderazgo encubierto, de voluntad de hacer no conseguida, de aspiración mal expresada.
¡Qué pena!. Hay ciertas profesiones que dignifican a quién las abandona.
Sin ánimo de sonar inexorablemente derrotista, a veces es mejor abandonar a tiempo que morir quemado y desgastado. ¿Cómo evitarlo? Ampliando los canales de comunicación, invirtiendo tiempo para que la gente que te rodea te exprese su malestar, su alegría, su desgano... es más probable que así puedas retener y potenciar un líder encubierto.
ResponderEliminarCreo que las espectativas que la gente cree que tienen de ellos hace que uno nunca pueda ser el mismo y demostrar el nivel de analisis y capacidad. No voy a comentar el lamentable politiqueo que siempre hay que hacer el cual te quita mas del 50% de tu trabajo productivo. Supongo que cuando te quitas este lastre realmente eres libre y funionas al 200%. Hablo con conociemiento de causa.
ResponderEliminar