miércoles, 25 de junio de 2008

Unos mitos que vienen y otros que se van

A los profesores de estrategia nos suelen echar en cara que la única manera de explicar el éxito consiste en recurrir a situaciones de empresas tan absolutamente particulares que no son replicables en otro tipo de circunstancias. Efectivamente desenmascarar sistemáticamente la complejidad de un acierto empresarial para simplificarlo y convertirlo en aprendizaje ayuda al aprendizaje. Ha ocurrido desde que la Administración de Empresas ha ganado protagonismo social como disciplina y seguirá siendo así en el futuro.


Si esto enerva a los estudiantes, imaginad lo complejo que resulta cuando es el profesor es el que se sienta en la silla para recibir una lección magistral o conferencia, cuando es el consultor el que debe decirle al empresario lo que consideras que está haciendo correctamente y sobre todo sus áreas de mejora. Ahí es donde surgen las áreas disfuncionales. Donde debería existir una comunicación abierta para evitar perder el tiempo.

En los últimos meses me he encontrado alguna que otra ocasión en la que cae alguno de mis más íntimos mitos intelectuales. Por un lado me da pena ver que se desvanecen en su propia complacencia, que son lentos, imprecisos en sus planteamientos o simplemente no llegan a convencer.

Me vienen a la cabeza dos ideas, replanteo mi visión por si estoy siendo excesivamente exigente, pero al mismo tiempo lo considero un avance. Dejo de considerar algo lejano y lo veo mucho más a mi alcance, quizás soy yo el que ha avanzado. Con toda humildad…. afortunadamente surgen nuevos mitos.

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